Review de “Final Destination: Bloodlines”: una refrescante secuela que realza lo mejor de esta saga

Tras 14 años desde la última entrega, volvemos a adentrarnos en el loco e intenso mundo de “Destino Final”, ahora con un interesante giro.

Sinopsis: Atormentada por una violenta pesadilla recurrente, la estudiante universitaria Stefanie regresará a casa para encontrar a la única persona que podría ayudarla a romper el ciclo y salvar a su familia de la horrible muerte que inevitablemente les espera a todos.

Nunca fui fanático de la saga Destino Final. Es más, no fue hasta que empecé a escuchar el revuelo por esta nueva entrega que me llamó la atención ver la saga. Por lo que decidí darles una oportunidad y ver todas las películas previas al estreno de “Bloodlines” y, afortunadamente, me gustaron bastante.

La saga se caracteriza por ser sangrienta, emocionante y con una fórmula que, con el tiempo, a los espectadores empezaba a agotar. En esta entrega, decidieron hacerle caso a los fans e idear un concepto que no se aleje demasiado de lo que ya vimos, pero que tampoco siga al pie de la letra esa fórmula desgastada.

El inicio de la película es brutal. Tiene uno de los comienzos más intensos y extensos de toda la franquicia, con una escena introductoria perfecta para avisarnos que, a pesar de los años, no se iban a controlar con lo extremo de lo que veríamos.

Las muertes en estas películas son parte crucial, y una de las principales razones por las que las vemos. Queremos averiguar cuán obscenas y creativas pueden llegar a ser, usando objetos cotidianos para generar terror (no por nada las entregas pasadas dejaron traumas en muchos espectadores). Acá están muy bien logradas: son entretenidas, sorprendentes y tienen momentos donde no vas a querer mirar, pero no podés despegar los ojos de la pantalla

Eso sí, los efectos especiales son un poco desconcertantes. Si bien son mejores que en las entregas anteriores, todavía les falta mejorar algunos aspectos. Ya sea por el color de la sangre o por lo poco convincentes que lucen algunos elementos, se nota que podrían haberlos pulido un poco más. Funcionan, cumplen su función de impactar, pero con un poco más de trabajo podrían haber sido impecables. No sé si fue una decisión consciente mantener ese aire algo retro, pero en mi caso me terminó distrayendo en algunas escenas.

En cuanto a las actuaciones y personajes, están bastante bien. Algo que siempre me gustó de estas películas es que el elenco no suele estar compuesto por grandes estrellas, lo cual le agrega cierto valor a la experiencia: nadie está “protegido” por su fama y cualquiera puede morir.

La protagonista no es un mal personaje, pero su forma de tomarse todo tan en serio termina afectando la experiencia. Se pasa buena parte de la película explicando cosas que nosotros, como espectadores, ya sabemos —porque conocemos la saga—, y eso no solo le quita algo de ritmo a la historia, sino que genera una desconexión emocional. Y este no es un problema solo del personaje, sino de toda la película: intenta ser más profunda de lo que necesita. Ya sea por cómo está filmada o por algunos diálogos, hay momentos en los que busca ponerse seria y reflexiva, pero en esa búsqueda termina cayendo en lo ridículo. Te reís de la película, no con ella.

A pesar de eso, estos detalles se sienten menores si lo que buscás es, a fin de cuentas, entretenimiento sangriento. Y “Bloodlines” cumple demasiado. Es muy llevadera y jamás sentís las casi dos horas de duración. La fotografía está bastante bien, con algunas tomas muy bien pensadas, y el soundtrack es, probablemente, el mejor de la saga hasta ahora (seguramente gracias a un mejor presupuesto). Todo esto ayuda a que la experiencia se sienta más completa y profesional en algún punto.

Es incierto si seguirán sacando más películas, pero tras tantos años sin una entrega, Bloodlines demuestra que la saga aún tiene encanto de sobra y podría volver para quedarse un rato. Tiene todo para ser un éxito: diversión, suspenso y muertes exageradamente entretenidas.

Mi calificación final es un 7,50/10. De las mejores de la saga, sin dudas, aunque personalmente me quedo con la tercera entrega en todo sentido, pero esta le hace una buena pelea.

Duración: 1 hora con 50 minutos.

Apta para mayores de 16 años.

No contiene escenas post-créditos.

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