Danny Boyle regresa para dirigir una nueva entrega de la icónica “28 Days Later”, pero sin esa chispa que hizo tan buena a la original. ¿Qué falló?

Sinopsis:
Han pasado casi tres décadas desde que el virus de la rabia escapó de un laboratorio de armas biológicas, y ahora, todavía bajo una despiadada cuarentena, algunos han encontrado formas de sobrevivir en medio de los infectados. Uno de estos grupos vive en una pequeña isla conectada al continente por una única carretera fuertemente defendida. Cuando uno de los miembros abandona la isla en una misión hacia el oscuro corazón del continente, descubre secretos, maravillas y horrores que han mutado no sólo a los infectados, sino también a los pocos supervivientes.
Voy a empezar por aclarar que tampoco soy un gran fanático de la primera película. Me parece muy buena y entiendo por qué fue tan icónica, pero no me parece nada del otro mundo. Lo que sí puedo decir es que, personalmente, después de esa primera entrega deberían haber cerrado la historia. Ya de por sí la segunda fue bastante floja en comparación, y esta también, con el agregado de que encima plantan las bases para otras dos películas más…

Aun sin ser fan, me generaba algo de emoción ver esta nueva entrega porque el elenco es fabuloso, y además Alex Garland (en este caso guionista) es un director que me gusta bastante. Sin embargo, desde que empezó sentí que le faltaba algo, y a medida que avanzaba, más me convencía de lo flojo e innecesario que es seguir expandiendo este universo.
El inicio -algo que las dos anteriores hacían muy bien- me pareció apenas correcto: planteaba algo interesante, pero es tan breve que no te da tiempo a disfrutarlo. Lo mismo pasa con casi todas las escenas con infectados. Hay pocas y, cuando llegan, están mal montadas. El ritmo en estas es fluido, sí, pero en este caso no funciona porque se centra más en reiterar el mensaje de la primera película -hasta el hartazgo- que en darnos un verdadero festín de terror. Aunque, admito, cuando hay violencia es brutal y muy bien lograda, con algunas secuencias particularmente creativas (hay una con arcos y flechas que está excelente).
Otro punto flojo es que el marketing te vende la idea de que Aaron Taylor-Johnson, Jodie Comer y hasta Ralph Fiennes son los protagonistas… pero en realidad el foco está puesto en el hijo de los dos primeros. Aaron me encanta en todo lo que hace, pero otra vez le toca un papel en el que no logra destacarse: aparece poco y está completamente desaprovechado. Con Jodie pasa algo similar. Ralph Fiennes, en cambio, es de lo mejor que tiene la película: aunque tarda en aparecer, se roba cada escena con su sola presencia. Y ojo, el niño protagonista lo hace muy bien. Se nota que lo eligieron pensando en seguir con esta historia en futuras entregas.

El ritmo y la fotografía también afectaron mi experiencia. La narración alterna demasiado y se me hizo bastante densa, no sabía cuándo iba a terminar. Y la fotografía, aunque con ideas interesantes, tiene una ejecución cuestionable. Intentaron recrear ese estilo particular de la original, que fue filmada con una videocámara, pero ahora lo hacen con iPhones. En pantalla grande, no funciona del todo. Se ve raro, poco nítido por momentos, y me costó conectar con lo que estaba viendo. Es más: el gran nivel de producción choca con este recurso visual, que termina sacándote de la historia.
No todo es malo. Desde la aparición de un personaje llamado Erik, la película se vuelve mucho más llevadera y hasta divertida. También porque cerca del final aparece Ralph y, como mencioné, eleva todo. El cierre, aunque claramente pensado como un puntapié para la siguiente entrega, es atrapante. Y aunque parezca que la odié… no fue así. Se me hizo larga, pero llegué a conectar un poco con la historia, por más repetitiva que sea. El guion plantea cosas interesantes, sobre todo en torno al personaje de Fiennes.
Eso sí, el soundtrack también parece haber olvidado el icónico y tan querido tema original de la saga, porque no suena ni una sola vez y le hubiese sumado muchísimo a las múltiples situaciones de suspenso. Un detalle que no es menor, considerando la identidad sonora que marcó tanto a la original.

Mi nota es un 6/10. Esperaba un poco más. Podría haber sido peor, pero también muchísimo mejor. Ojalá que la próxima entrega tome lo mejor de esta y encuentre una vuelta más interesante para devolverle el alma a esta saga.
Duración: 1 hora con 55 minutos
Apta para mayores de 16 años (con reservas)
No contiene escenas post-créditos.