Brad Pitt protagoniza una de las películas más ambiciosas de los últimos años cargada de emoción y adrenalina

Este jueves 26 de junio llega a la pantalla grande una de las películas más esperadas por el público, especialmente por aquellos que son fans del automovilismo, que promete posicionarse como uno de los mejores estrenos en lo que va de este 2025, entregando un show audiovisual lleno de adrenalina que mantendrá a los fans pegados a sus asientos las dos horas y media que dura la cinta para no perderse ni el más mínimo detalle.
Luego de haber dirigido la tan aclamada secuela del clásico de los 80 “Top Gun”, la película “Top Gun: Maverick”, cinta que se estrenó en el año 2022, Joseph Kosinski vuelve a ocupar la silla de director en el que seguramente sea uno de los proyectos más ambiciosos en los que ha trabajado durante su carrera hasta ahora, “F1”, la nueva película producida por Apple, cuyo principal objetivo es representar de la manera más fiel posible como son las carreras de la Formula 1.

La trama gira en torno a Sonny Hayes, interpretado por Brad Pitt, un ex piloto de Formula 1 que tras un accidente que casi le cuesta la vida debe retirarse hasta que Ruben Cervantes (Javier Bardem), un viejo amigo que está por verse forzado a vender su equipo si no empieza a acumular victorias en los circuitos, le pide ayuda ofreciéndole una nueva oportunidad. Así es como Sonny conoce a Joshua Pearce (Damson Idris), un piloto estrella en ascenso con quien deberá formar equipo, mientras resuelven de qué forma pueden dejar a un lado sus diferencias, para poder ganar.
Si bien la trama parece contener una fórmula que ya hemos visto antes, como es en el caso más reciente de “Top Gun: Maverick”, en donde se nos presentan a dos personajes, la nueva futura estrella y el retirado con experiencia, compitiendo entre sí, construyendo una rivalidad en la cual el alumno busca superar al maestro, Joseph Kosinski, junto con las interpretaciones de todos los actores involucrados, logra que en esta película esa fórmula vuelve a funcionar perfectamente.

Ahora bien, más allá de la trama y de las actuaciones que están muy bien, el punto fuerte de la película es sin lugar a dudas todos los elementos relacionados a la parte visual, que se logró gracias al gran nivel de producción con el que contó la cinta. Si bien no hay un número exacto, en un principio se estimaba que la película contaba con un presupuesto de aproximadamente 300 millones de dólares, y aunque esa no sea la cifra real queda en evidencia que si se ha contado con un gran presupuesto el cual supieron utilizar muy bien si analizamos el resultado final que se ve en la pantalla.
Tanto el uso de locaciones reales, ya que la película fue filmada en varias ocasiones durante circuitos reales de Fórmula 1, como la participación de corredores reales como por ejemplo Lewis Hamilton, quién es uno de los productores de la película, y todo el apoyo técnico, más la increíble fotografía, que permitió obtener como resultado tomas excelentes a lo largo de diferentes escenas, tanto fuera como dentro del auto, ayudaron a crear una atmosfera inmersiva gracias a la cual el espectador puede sentir la emoción y la adrenalina que implica estar al volante de un auto de carreras.

Por último, teniendo en cuenta como fue grabada la película y el tipo de cámaras utilizadas, es recomendable ir a verla a una sala de cine IMAX para poder vivir la experiencia completa, como fue pensada a la hora de rodarse. Claramente Kosinski logra consagrarse como uno de los mejores directores para llevar a cabo proyectos de este calibre, por lo que no sorprendería verlo dirigir alguna cinta similar muy pronto.