En apenas unas semanas, “Demon Slayer: El Castillo Infinito” se convirtió en un verdadero fenómeno mundial. La nueva película del popular anime no solo arrasó en Japón, sino que también compite de igual a igual con los grandes tanques de Hollywood, superando producciones millonarias y marcando un antes y un después para el cine de animación japonés

Basada en el manga de Koyoharu Gotouge, Demon Slayer: Kimetsu no Yaiba sigue la historia de Tanjiro Kamado, un joven que se une al Cuerpo de Cazadores de Demonios para vengar la muerte de su familia y salvar a su hermana Nezuko, transformada en demonio. Esta nueva película adapta el arco Castillo Infinito, uno de los momentos más decisivos del manga, donde Tanjiro y sus compañeros enfrentan a las Lunas Superiores en una batalla que pone a prueba su fuerza y sus lazos.
El universo de Demon Slayer ya había demostrado su poder en 2020 con Mugen Train, pero su nueva entrega fue aún más lejos. Estrenada en Japón el 18 de julio, en solo 45 días vendió más de 20 millones de boletos y recaudó 29.980 millones de yenes (unos USD 203 millones), convirtiéndose en la película que más rápido alcanzó esa cifra en la historia moderna del cine japonés. A nivel mundial la explosión es aún mayor: más de USD 606 millones de recaudación global, con un desglose impactante — 235,7 millones en Japón, 115,8 millones en Norteamérica y más de 255 millones en otros territorios.
El fenómeno no se limita a Asia. En Estados Unidos debutó con USD 70 millones en su primer fin de semana, algo inédito para un film de anime, y en mercados como Taiwán y Corea del Sur ya es la cinta japonesa más taquillera de todos los tiempos. Su éxito la pone en la misma conversación —y por encima— de superproducciones de Hollywood: superó a Misión Imposible: Sentencia Final, Los 4 Fantásticos: Primeros Pasos, El Conjuro 4 y está a punto de dejar atrás a “Superman” de James Gunn, una de las grandes apuestas del año.

Las críticas acompañan esta locura de taquilla. En Rotten Tomatoes ronda el 97 % de aprobación, con elogios a su animación de altísimo nivel, secuencias de combate espectaculares y una puesta en escena que deslumbra. Solo algunos especialistas marcaron que los flashbacks y momentos más pausados pueden ralentizar el ritmo, pero el consenso es que se trata de un espectáculo que eleva el estándar del anime en la pantalla grande.
Este es apenas el primer capítulo de una trilogía que continuará en 2027 y 2029, por lo que las expectativas son gigantes. Si logra estrenarse en China, los analistas estiman que El Castillo Infinito podría cerrar con cerca de USD 675 millones, un número que la colocaría como una de las películas de animación más taquilleras de la historia.

Más allá de los números, su impacto cultural es claro: confirma que el anime dejó de ser un nicho para convertirse en un verdadero peso pesado global. Con cada récord que rompe, Demon Slayer demuestra que puede competir mano a mano con las franquicias más grandes de Hollywood y que el público mundial está listo para estas historias.