Si recién arrancás Ghost of Yōtei, estos tips te van a ahorrar más de un dolor de cabeza. Te contamos cómo crecer más rápido, elegir el caballo ideal, aprovechar el viento a tu favor y no perderte ninguno de los secretos ocultos del nuevo título de Sucker Punch

Ghost of Yōtei arranca con una estructura que invita a explorar sin apuro. Apenas avanzás en la caza del primer miembro de los Yōtei Six —la Serpiente— vas a poder quedarte con un caballo y, como en Tsushima, renombrarlo o cambiarlo por otro. No pases por alto esa misión secundaria, que está algo oculta: cerca del manantial de la Sombra de Yōtei hay un establo donde un colono es atacado por forajidos de Lord Saitō; si lo ayudás, te ofrece tres monturas entre las que podés elegir.
El progreso de Atsu, la protagonista, no se basa en niveles tradicionales, sino en puntos de habilidad que se obtienen explorando. Para fortalecerte, conviene priorizar actividades secundarias: los altares de reflexión, que te otorgan puntos al rendir respeto; los campamentos de Saitō, que al completarlos desbloquean otro altar; los santuarios, que funcionan como pruebas de escalada para conseguir talismanes poderosos; los manantiales termales (hot springs), que aumentan la salud máxima; y las pruebas de bambú, que expanden el espíritu. Todo suma, y vale la pena hacerlo antes de avanzar con la historia.

Si querés localizar actividades más rápido, usá el catalejo desde puntos altos: cuando el cursor resalta en amarillo o sobre un humo blanco, el mando vibra y el punto se marca automáticamente en tu mapa. También podés seguir al clásico pájaro dorado, que aparece mientras cabalgás y guía hacia secretos o zonas no descubiertas. Y si preferís algo más directo, buscá a los cartógrafos que venden Traveler’s Maps: piezas de mapa que revelan ubicaciones, aunque primero tenés que resolver un pequeño rompecabezas para encajarlas correctamente.
En materia de combate, Ghost of Yōtei premia la paciencia y la lectura de movimientos. Los destellos de color te dicen todo: azul para desviar, rojo para esquivar, amarillo para evitar que te desarmen usando un ataque fuerte (triángulo). Cada maestro que encontrás enseña un nuevo tipo de arma —yari, kusarigama, odachi o catanas duales— y cada una tiene un golpe celestial, ataques especiales que consumen espíritu pero dejan al enemigo expuesto. Cuantas más armas consigas, más fácil será “espejar” al rival según su estilo.

El viento también vuelve a ser clave: al deslizar el dedo por el panel táctil del DualSense, activás el Gust Wind, una corriente que te guía hacia tu objetivo. Además, el mando vibra para señalar puntos ocultos y responde de forma distinta al tocar instrumentos, forjar armas o cocinar en los campamentos. Sí, porque acampar también es esencial: ahí podés descansar, recargar espíritu, preparar platos que dan bonificaciones temporales e incluso recibir la visita de mercaderes sin moverte del lugar.
Otra parte del mundo que no deberías pasar por alto son las guaridas de lobos: completarlas fortalece el vínculo con la loba aliada de Atsu. Si hacés varias, desbloqueás la Melodía del Lobo, que podés tocar en el shamisen para invocarla cuando lo necesites en combate. También te conviene rescatar al mercader Taro, que puede aparecer rodeado de enemigos en distintas regiones. Si lo ayudás, después te vende talismanes, tintes y hasta te regala una armadura temprana que mejora salud y resistencia elemental, ideal para las zonas frías de Ezo.

Si te quedás sin espíritu y no podés curarte, el sake puede sacarte del apuro recargando el medidor, aunque abusar te deja tambaleando en medio de un enfrentamiento. Y si buscás equipamiento especial, no te pierdas el relato mítico del Samurái Inmortal, uno de los más potentes del inicio: seguí las pistas del cuentacuentos Ugetsu, encontrá los carrillones de viento y prepárate para un duelo mortal que te recompensa con una de las mejores armaduras del juego.
A nivel técnico, Ghost of Yōtei se ambienta en el año 1603, en la región norte de Japón conocida como Ezo (actual Hokkaido). Atsu, una mercenaria de origen ainu, busca vengar a su familia asesinada por los Yōtei Six, liderados por Lord Saitō, un rebelde que se autoproclamó Shōgun del Norte. Durante su viaje se cruzará con personajes clave como Oyuki, una exmiembro del grupo enemigo; Jubei, su hermano; y Kiku, la hija de Jubei.

Por último, recordá pasar seguido por el altar de obsequios: los aldeanos dejan ofrendas por tus gestas, incluyendo talismanes raros como uno que reduce las bajas necesarias para activar el grito onryō, un ataque devastador que infunde miedo. Siempre ayudá a los civiles: muchos te recompensan con información, misiones o dinero, y podés encadenarlas con las cazarrecompensas para optimizar tiempo y recursos.
Con todo esto en mente, Ghost of Yōtei deja en claro que no se trata solo de avanzar: se trata de explorar, planificar y entender cada herramienta del camino. Si aprendés a leer el viento, seguir a la loba y dominar los destellos del combate, la venganza de Atsu va a ser legendaria.