Jared Hess dirige esta arriesgada propuesta con su humor tan característico y un elenco de primera.

Llegó el día que todo fan de Minecraft esperaba, tanto con ansias como con temor. Minecraft es uno de los videojuegos más queridos y populares de la historia que, a pesar de los años, su fanatismo no para de crecer. En el juego no hay una historia como tal, ya que todo lo que creas tiene como límite tu imaginación, entonces… ¿Cómo lograrían llevar esto a la pantalla grande sin faltarle el respeto al material de origen? Bueno, aunque no lo crean, lo lograron. Con Jared Hess (director de “Nacho Libre”) al mando y un elenco impecable, “A Minecraft Movie” nos recuerda por qué amamos tanto este juego y lo hace de una manera muy divertida y atrapante.
Sinopsis: Cuatro marginados se encuentran luchando con problemas ordinarios cuando, de repente, son arrastrados a través de un misterioso portal hacia el Overworld: un extraño lugar cúbico donde la imaginación es el límite. Para regresar a casa, deberán ayudar a este mundo, acompañados de Steve (Jack Black), a protegerlo de cosas malignas y a prosperar nuevamente para volver a casa.
La historia es súper básica, predecible, no trae nada nuevo y tampoco busca hacerlo. Es aquí donde no solo el mundo de Minecraft destaca, sino también los protagonistas y la comedia más bizarra que puedas imaginarte. Ellos le traen a la genérica historia un aire fresco que te entretiene tanto que no lo cuestionas en ningún momento.

Ya desde su introducción, se nos presentan las reglas de su universo y la trama, al mismo tiempo que nos hace empatizar con el personaje de Steve, interpretado por el asombroso Jack Black, quien, con su carisma sin igual, se roba cada momento de la película. Jason Momoa no se queda atrás, complementándose con el personaje de Jack Black y dándonos momentos que te hacen reír a carcajadas. También tenemos una breve, pero súper efectiva, participación de Jennifer Coolidge con una mini subtrama que, a pesar de no sumarle a la historia, hace que no queramos dejar de verla en pantalla. El resto del elenco está muy bien, pero realmente no destaca, porque se ve opacado por los mencionados anteriormente.
Los efectos especiales me parecieron excelentes; el cuadrado mundo del videojuego se siente real e intenso, logrando transmitirnos la misma experiencia que tiene uno al jugarlo. Si nos ponemos quisquillosos, la pantalla verde no termina de convencer en ciertos instantes, pero creo que se debe a lo ilógico de ver personas reales en un mundo así.