Reseña de “Cómo entrenar a tu dragón”: El mejor live-action hasta la fecha

DreamWorks se sube al tren de hacer live-actions sobre uno de sus proyectos animados más famosos. ¿Cómo hicieron para hacerlo tan bien?

Sinopsis:

En la isla de Berk, donde los vikingos y los dragones han sido enemigos por generaciones, Hipo (Mason Thames; El teléfono negro) se destaca. El ingenioso pero subestimado hijo del jefe Estoico el Vasto (Gerard Butler, retomando el personaje al que dio voz en la franquicia animada), Hipo desafía siglos de tradición cuando entabla amistad con Chimuelo, el temido dragón Furia Nocturna. Su vínculo inusual revela la verdadera naturaleza de los dragones, desafiando los cimientos de la sociedad vikinga.

Una de las mejores películas animadas de todos los tiempos vuelve a la pantalla grande, esta vez en formato live-action. Como fanático, el miedo por cómo adaptarían esta historia fue inmediato, pero a medida que se revelaban detalles, la confianza en el proyecto fue creciendo.

Finalmente, puedo decir que estamos ante, creo yo, el mejor live-action de una película animada hasta ahora. Nos entregan lo que es prácticamente un calco de la historia original, y lo digo en el mejor de los sentidos. Con cada detalle cuidado, el elenco y el diseño de producción traen a Berk y los dragones a la realidad sin perder lo mágico del relato animado que todos conocemos.

Primero que nada, hay que aplaudir los efectos visuales y el trabajo de producción, que logran que Chimuelo -la verdadera estrella- luzca idéntico a su versión animada, generando ternura y una montaña rusa de emociones en el espectador. Por otro lado, Mason Thames como Hipo fue un acierto absoluto. No podríamos haber tenido un casting más acertado. Mason hace suyo al personaje y le aporta un carisma único, logrando que empaticemos con él desde los primeros minutos.

La historia sigue fielmente a la animada: un relato emocionante que toca temas profundos de forma divertida y accesible, siendo un espectáculo ideal para toda la familia. Es más, considero que películas como esta son lo que todo live-action debería aspirar a ser: entretenimiento de excelente calidad, con una historia bien cuidada y que no subestima al público al tocar temas poco convencionales.

Todo el elenco está muy bien, y destaco especialmente a Gerard Butler, que volvió como Estoico, el padre de Hipo, tras interpretarlo en las versiones animadas. Su personaje, aunque tenga pocas escenas, impone mucho en pantalla y, al igual que toda la película, parece sacado directamente del film original.

Si comparamos el live-action con la película animada, veremos que esta nueva versión tiene casi 30 minutos más de duración, y esa es su mayor diferencia. No solo es visual y narrativamente idéntica, sino que además nos regala nuevas escenas que enriquecen aún más la historia. El resultado es un relato más completo, que nos involucra emocionalmente y que incluso puede arrancarnos algunas lágrimas hacia el final.

En fotografía y vestuario no tengo quejas. Como mencioné, es increíble lo bien que lograron replicar todo. Es simple: si algo no está roto, no lo arregles. Y acá aplicaron esa lógica a la perfección. No por nada el director Dean DeBlois, co-director de la original, aceptó este proyecto con la intención de mantener la fidelidad al máximo y expandir el relato para desarrollar ideas que antes no habían podido explorar. Aunque sí, al trasladar todo a un entorno realista, hay algunas diferencias mínimas, como en la paleta de colores, que es un poco menos vibrante que en la animación.

El ritmo y la duración son clave en una película familiar. Y acá pasa algo curioso: el film dura 125 minutos, algo extenso para este tipo de propuestas, pero su ritmo es tan ágil y la historia tan atrapante desde el primer momento que nunca sentís que se haga larga. De hecho, no querés que termine. Esta película y sus personajes son entrañables y divertidos al máximo.

Otro punto altísimo es la banda sonora, y por suerte volvió John Powell para encargarse de ella. Su música está presente casi todo el tiempo y nos sumerge por completo en la isla vikinga de Berk, emocionándonos en las escenas sensibles y dejándonos sin aliento en las secuencias de vuelo sobre los dragones.

El live-action de Cómo entrenar a tu dragón es todo lo que debería ser una película de este estilo: excelente historia y desarrollo, personajes memorables y efectos especiales espectaculares. Por supuesto, mi nota es un 10/10, un espectáculo que vale la pena disfrutar en la pantalla grande. Teniendo en cuenta el éxito que será, no puedo esperar a ver las siguientes adaptaciones de Dreamworks y, por supuesto, de esta maravillosa trilogía.

Duración: 2 horas con 5 minutos.

Apta para todo público.

Contiene una escena post-créditos. No recomiendo quedarse hasta el final de todo, ya que la escena es breve e intrascendente.

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