Reseña de Los 4 Fantásticos (2025)

Una apuesta visualmente hermosa y fiel al cómic

La nueva entrega de Los 4 Fantásticos llegó con grandes expectativas, y para mí no solo las cumplió, sino que logró destacarse como una de las mejores propuestas que hizo Marvel en este último tiempo. La película tiene algo que muchas otras dentro del universo vienen perdiendo: corazón. Desde los primeros minutos, se nota que hubo una intención real de construir personajes con profundidad y no simplemente cumplir con una fórmula preestablecida. Es una historia que se toma su tiempo, que confía en su propio ritmo y que apuesta por la construcción emocional sin perder de vista el entretenimiento. Y eso, en un panorama saturado de superhéroes, ya es mucho decir.

Uno de los puntos más altos, sin dudas, es el elenco. Todos están muy bien en sus roles, pero el actor que interpreta a Johnny Storm realmente se luce. Tiene una energía carismática y eléctrica, sin volverse exagerado o forzado. Su presencia en pantalla levanta cada escena en la que aparece, y logra que el personaje tenga tanto chispa como vulnerabilidad. También es muy destacable la química entre los cuatro protagonistas, que es fundamental para que esta historia funcione: se siente natural y sincera. En ningún momento parece un grupo armado a la fuerza, sino una familia que aprende a convivir con sus poderes y sus diferencias.

A nivel visual, la película es una joya. Tiene una estética limpia, elegante y con momentos de “ es cine” , tanto en los escenarios como en la fotografía. Hay una dirección de arte muy bien pensada, con una paleta de colores que se aleja del CGI saturado y nos lleva a una imagen más orgánica, que no abruma. La ambientación, los trajes, los efectos especiales: todo está a la altura, sin excesos ni descuidos. Y el humor —otro punto clave— funciona para todo público. Es realmente divertido y entra en los momentos justos, sin caer en el tipo de chiste repetitivo que a veces peca de infantil en otras películas de Marvel. Acá hay inteligencia en la comedia, y eso se agradece.

Uno de los grandes aciertos de la película es su fidelidad al cómic. Se nota que quienes estuvieron detrás del proyecto conocen y respetan profundamente la historia original. No se trata solo de replicar nombres o trajes, sino de mantener el espíritu de los personajes, sus conflictos, su humanidad. Esta adaptación logra algo muy valioso, ser moderna y relevante, pero sin traicionar su esencia. Los fans de los cómics van a encontrar muchísimos guiños y elementos reconocibles, mientras que los nuevos espectadores van a poder disfrutar de una historia sólida, bien contada y con personalidad propia. En ese sentido, la película es un equilibrio logrado entre lo clásico y lo actual.

Ahora bien, no todo es perfecto. Si hay algo que quizás pueda generar cierta división es la cantidad —o mejor dicho, la falta— de acción pura. Quienes busquen un ritmo acelerado, probablemente se queden con ganas. Los 4 Fantásticos apuesta por un desarrollo más narrativo, con escenas de acción bien resueltas pero más espaciadas y con menos acción. No lo considero un defecto, pero sí una decisión consciente que puede no ser del gusto de todos. Aun así, la película es una de las más cuidadas, coherentes y emocionalmente resonantes que Marvel nos entregó en los últimos años. Y si eso implica menos golpes pero más historia, bienvenida sea esta nueva etapa.

Aguante los 4 fantásticos


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