Reseña de Squid Game 3: una temporada fragmentada con un final brutal (en el buen sentido)

Squid Game vuelve con su tercera y última temporada, sobreextendiéndose en el camino, pero haciendo valer cada segundo

La segunda temporada de Squid Game dejó mucho que desear. No porque no haya sido interesante, sino porque se notaba a kilómetros que no era un final digno, más bien un intento de dividir una temporada en dos para estirar el glorioso cierre de la serie. De todas maneras, ahora que tenemos las respuestas a todas las preguntas que nos quedaron, puedo decir que valió la pena haberla visto.

Gi-hun se siente culpable por la muerte de todos los jugadores que lo ayudaron a formar el motín en el final de la segunda temporada. Es la primera vez que lo vemos completamente destrozado, decepcionado por la traición del Front Man y sin ninguna motivación para seguir adelante más que encontrar a alguien más a quien culpar por lo sucedido.

Por otro lado, los VIPs regresan para narrarnos lo que está sucediendo con actuaciones verdaderamente vergonzosas. Dado que es la segunda vez que esto sucede (y deben saber lo que la gente opina de la primera) debo suponer que es intencional. Capaz es una manera de burlarse de nosotros, los espectadores que disfrutamos y elegimos ver la naturaleza del ser humano en su forma más primitiva y violenta.

La tercera temporada hace bien todo lo que la segunda hizo mal. Los personajes tienen arcos muy efectivos que me recordaron a los de la primera, con momentos emocionales fuertes que te recuerdan lo cruda que puede ser esta serie. Los juegos en sí se convierten en mucho más que una simple competencia, pasando a ser pruebas psicológicas que siguen poniendo a los jugadores al borde de la muerte.

La serie también se da el tiempo de darles a sus personajes lo que se merecen. Kang Dae-ho fue el jugador que no llevó los cargadores para las armas por miedo a que los guardias lo maten, y aunque acepta parte de la culpa por las muertes de Jung-bae y los demás, le recuerda a Gi-hun que él fue el que los llevó a todos hacia una batalla que sabía que iban a perder.

Esto encaja perfectamente con la línea temática de la serie, ya que la intención del Front Man es exponer el egoísmo humano cuando su vida está en juego. Aunque Gi-hun fue egoísta y se dejó llevar por su sed de venganza, esta temporada funciona como un tipo de redención para el jugador 456, quien estará dispuesto a demostrar que el Front Man está equivocado.

Squid Game 3 logra generar una tensión que no pensé que iban a poder replicar. Una que no tiene que ver tanto con los juegos, sino con los dilemas internos que se generan en estos personajes al jugarlos. Dilemas que cualquiera podría tener en una situación así de extrema, y que nos obligan a ponernos en el lugar de los jugadores y sufrir con ellos.

7,5/10

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