Reseña de “Weapons”: la hora de la desaparición de las películas de terror que no dan miedo ha llegado

Zach Cregger (Barbarian) regresa al género del terror con una historia que rompe las limitaciones narrativas tradicionales. Centrada alrededor de un misterio, esta película logra lo imposible: combinar la comedia con el miedo para alcanzar su máximo potencial

Sinopsis: una noche cualquiera, a las 2:17 AM, todos los chicos de la clase de la señorita Gandy salieron de sus casas y corrieron hacia la oscuridad. Nunca volvieron.

Barbarian fue una película que pasó por varios productores antes de conseguir financiamiento. Muchos consideraban extraño presentar un nuevo protagonista después de haber seguido a otro por cuarenta minutos, incluso A24 (Hereditary; Euphoria) se negó a apoyar el proyecto. Querían modificar la estructura narrativa para que se ajustara más a lo que solemos ver en este tipo de historias, y si no hubiese sido por la imponente (e inquebrantable) visión de Cregger, podríamos no haber disfrutado de una de las mejores cintas de terror de los últimos tiempos.

Gracias al éxito que fue Barbarian, ahora tenemos Weapons. Retoma el concepto de varios personajes desparramados en toda la duración de la película, con una historia que combina los mejores elementos de todos los géneros que abarca. El misterio es lo suficientemente intrigante para mantenerte atento a cualquier detalle, y funciona muy bien con la estructura: todos los protagonistas tienen su fragmento que termina cuando están por alcanzar el clímax, generando una tensión excelente en la espera a saber qué pasó con ellos; y fundamental para reunir todas las piezas del misterio principal.

En su afán por saltar de un personaje a otro sin ninguna dirección clara, el principio puede alargarse un poco más de lo necesario. Sin embargo, una vez que se activa el mecanismo y todo empieza a tener sentido, esa incertidumbre desaparece. Estás muy ocupado aprendiendo de todos ellos para averiguar lo que verdaderamente está sucediendo, disfrutando de encuadres hipnóticos y una banda sonora que suma instrumentos al mismo ritmo que la historia incorpora a los nuevos protagonistas. Todos estos convergen en un final que puede no hacerle justicia al gran misterio que se construyó, pero que seguirá resonando en tu cabeza cuando te vayas del cine.

Aunque Cregger concentra la trama en Justine Gandy (Julia Garner), Archer (Josh Brolin) y Alex Lilly (Cary Christopher), todos los demás personajes tienen profundidad y generan una empatía en el espectador, algo muy difícil de conseguir en un género donde todos se comportan como inútiles para que la trama siquiera funcione. Tenemos desde un policía (Alden Ehrenreich) hasta un drogadicto que vive en la calle (Justin Abrams), pero el guion encuentra la manera de humanizarlos y volverlos algo más que peones para avanzar la historia. Todo esto acompañado de una cinematografía impecable, movimientos de cámara que desafían las convenciones y encuadres que te obligan a mirarlos por completo (por miedo a que salte algo de atrás).

Además de jugar con tus expectativas, la película  logra posicionarte en un limbo de tensión donde parece que todo lo que ves es importante y potencialmente clave para resolver el misterio. Esto se refuerza con un humor que va incrementando a lo largo de los 120 minutos, y que en la primera hora te toma por sorpresa. Muchos la están criticando por no tomarse en serio su gran concepto, pero en realidad Cregger está un paso más adelante (o varios). El director sabe que la gente se habría reído de lo ridícula que puede llegar a ser la película, y se adelanta para explotar ese componente bizarro de la trama. Lo lleva a un extremo total, en un cierre satisfactorio a una historia que parecía no tener solución alguna, perturbándote y haciéndote reír en una escena brutal.

Cuando el género parece haber olvidado su objetivo principal, Zach Cregger vuelve para recordarnos que el miedo no está muerto, y que tampoco es imposible convertirlo en algo más. Weapons puede no alcanzar los momentos de shock que consigue Barbarian, pero construye una estructura narrativa que impacta al espectador. No solo lo perturba, sino que lo hace investigar todas las vidas de estos personajes para poder llegar a la respuesta de todas las preguntas que ellos (y nosotros) se están haciendo. Silencios pesados que parecen ruido, momentos incómodos en los que no sabes si reírte o no, encuadres con movimientos que nos ponen en el medio de situaciones terroríficas… Weapons es inmersiva, original e innovadora.

Puntaje: 8/10

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