Tras casi tres décadas de acrobacias imposibles y espionaje al límite, la saga liderada por Tom Cruise llega a su fin con una entrega intensa, emotiva y cargada de acción

Sinopsis: Dos meses después de los eventos de su antecesora, el agente Ethan Hunt (Tom Cruise) continúa su misión de impedir que Gabriel (Esai Morales) controle el tecnológicamente omnipotente programa de IA conocido como “la Entidad”.

Después de 29 años desde su primera entrega, la exitosa y amada saga “Misión: Imposible” llega a su cierre definitivo. Con una trama inconclusa heredada de su predecesora y un final por resolver, las expectativas por “The Final Reckoning” eran altísimas. Afortunadamente, Tom Cruise y compañía vuelven a estar a la altura, ofreciéndonos un espectáculo digno de verse en la pantalla grande.

“Misión: Imposible” ya es historia del cine. A lo largo de los años, nos regaló tramas atrapantes, escenas que quitan el aliento y un Tom Cruise completamente comprometido con el espectáculo, dispuesto a poner el cuerpo (y casi la vida) para que sintamos cada secuencia como algo real y sin necesidad de efectos digitales excesivos.

La película retoma exactamente donde nos dejó la anterior. Los primeros minutos pueden sentirse algo nostálgicos y cargados de explicaciones, algo que quizás no convenza a todos, pero personalmente me pareció una decisión acertada. No todos hicieron una maratón previa como nosotros (los fanáticos), así que un repaso no solo sirve como recordatorio, sino también como homenaje a una saga y a personajes que supieron ganarse el corazón del público.

A pesar de durar casi tres horas, jamás se vuelve pesada. El ritmo es veloz y atrapante desde el primer momento, y considerando la amenaza a detener, era imposible despegarse de la pantalla. Hay algunos chistes muy efectivos y escenas de acción que te mantienen al borde del asiento, con tensión, vértigo y un nivel de producción impecable. No exagero cuando digo que esta entrega tiene al menos dos de las secuencias más brutales y espectaculares de toda la saga. Y, como siempre, Tom Cruise demuestra por qué sigue siendo uno de los mejores en lo que hace.

Fui al cine sin ver mucho, más allá de saber que se trataba del cierre, y eso me generaba cierta inquietud: ¿lograrían un final digno para un producto tan grande y querido? Si bien el desarrollo transmite una clara sensación de cierre, lo cierto es que uno termina con ganas de más. No lo digo como crítica, sino como fan: me encantó lo que vi, pero siento que lo hicieron más por el hecho de no querer estirarla más que por falta de ideas. Voy a extrañar profundamente ver en acción a personajes como Benji y, por supuesto, Ethan Hunt.

En lo técnico, la película es impecable. La fotografía está muy bien lograda, con planos que elevan la tensión de cada escena. El soundtrack es muy bueno; el tema principal sigue siendo inolvidable, y su uso durante los momentos clave es simplemente perfecto. Logrando así una experiencia cinematográfica intensa y envolvente.

El guion tiene detalles mejorables -como la sobreexplicación que mencioné o el poco tiempo en pantalla para ciertos personajes-, pero funciona como puente y cierre narrativo. A fin de cuentas, cumple su rol eficazmente.

Como gran admirador de la saga, sigo considerando que “Ghost Protocol” y “Fallout” siguen siendo lo mejor tanto a nivel narrativo como de entretenimiento. “The Final Reckoning” no se queda atrás, pero el problema, si se puede llamar así, es que esta franquicia compite contra sí misma: su vara siempre fue altísima.

Mi calificación para “Mission: Impossible – The Final Reckoning” es un sólido 9/10. Un cierre épico, que merece disfrutarse en pantalla grande.

Duración: 2 horas y 49 minutos.

Apta para mayores de 13 años (con reservas).

No contiene escenas post-créditos.