El pasado 24 de mayo nos dejó uno de los nombres más importantes del cómic norteamericano

Este fin de semana nos enteramos con pesar que Peter David, aclamado guionista de Marvel y DC Comics, falleció a los 68 años debido a complicaciones cardíacas. Su esposa, Kathleen O’Shea, fue quien dio a conocer la noticia a través de un posteo en redes sociales, mencionando también que, por las dificultades económicas, no pudieron sostener el tratamiento médico que requería. Incluso había iniciado una campaña de crowdfunding para afrontar los gastos.
Con más de cuatro décadas de carrera, Peter David fue una figura clave del noveno arte. Escribió una de las etapas más recordadas y queridas de The Incredible Hulk, donde exploró el costado psicológico del personaje y lo llevó a nuevos niveles de profundidad. Fue también el co-creador de Miguel O’Hara, el Spider-Man 2099, uno de los íconos más importantes del universo futurista de Marvel. Su pluma dejó huella también en otras editoriales y medios, como la serie animada de Young Justice, Ben 10 y decenas de novelas y libros relacionados a franquicias como Star Trek.

Ganador de múltiples Premios Eisner, Peter David es de esos autores que marcaron una época. Su estilo, siempre caracterizado por el humor ácido, el drama bien medido y los diálogos brillantes, dejó una marca indeleble en la industria.
Lo más triste de su partida no es solo su ausencia, sino el contexto. Que alguien con semejante trayectoria, responsable de enriquecer y expandir universos que hoy valen miles de millones, no haya podido costear su tratamiento deja mucho para pensar. ¿Qué lugar ocupan hoy los creadores originales en un sistema que premia solo a quienes venden entradas o licencian muñecos?

El caso recuerda, en otro plano, a lo que sucedió hace poco con Jeremy Renner, que luego de su accidente recibió de Marvel Studios una oferta por la mitad del presupuesto que usaron en su temporada anterior de Hawkeye. Otro indicio de que, incluso para quienes pusieron el cuerpo o la imaginación durante años, el agradecimiento corporativo es limitado.
Y mientras hoy todos lo despiden con homenajes, la realidad es que ni Marvel ni DC, las dos casas donde dejó lo mejor de su obra, supieron estar a la altura cuando más lo necesitaba. No hubo ayuda concreta, ni un respaldo digno para alguien que durante décadas hizo grande a sus personajes y los acercó a generaciones enteras de lectores. Su legado vive en las páginas, pero también deja expuesta una deuda pendiente de la industria con quienes la construyeron desde adentro.
Descansa en paz, Peter David (1956–2025). Las viñetas no te olvidan.